martes, 30 de septiembre de 2014

El desengaño



Mi romántico amigo sufrió un desengaño amoroso y, se fue a otro país, lejos…

Él creía que había encontrado el amor de su vida, se dejó  engañar por la apariencia, porqué eso es lo que más engaña a la gente. Él  cometió ese error, sé que lo volverá hacer si se diera el caso porque es un iluso. En aquella ocasión nadie le engañó, lo hizo solo. Nunca cambiará, entiende que tiene que creer en el amor, porque si no la vida no tiene sentido. Pero un día se cansó de amar y seguir amando sin ser correspondido, pensó que solo es sufrir, que no merece la pena, sintió un vacío en el alma, y deseando que todo acabara, se marchó. Su único consuelo fue a aquel beso que recuerda, el último de una larga relación de dos o más años... increíble que esto le sucediese a esas alturas de la relación y marcase el principio del final...
Él me dice - algo bueno hubo y, de eso no me arrepiento, porque tengo la satisfacción de recordar que, al menos en ciertos momentos me deseó, me sintió y lo disfrutamos... ¡yo lo sé! –
Confiando en  lo efímero del tiempo, él me escribe, desde su lejano retiro, diciendo que, alberga  la secreta esperanza de que tras la larga separación ella hubiera recapacitado y, quizás volver, para decirle lo mucho que todavía la quiere y  mirarse en sus ojos.

Este desengaño amoroso de un amigo muy especial, me emocionó por lo que tiene de entrega en el verdadero amor, que no solo sexo.

Deseo lo mejor para mi romántico amigo, le aprecio mucho, le conozco bien y sé que no puede vivir sin amor.

“La reflexión puede hacer conciencia, pero el amor hace alma” (James Hillman)


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martes, 9 de septiembre de 2014

Humildad



Estamos convencidos de que nuestra forma de ver la vida ¡es la forma de ver la vida! Y que quienes  ven las cosas diferentes que nosotros están equivocados, de hecho, tenemos tendencia a rodearnos de personas que piensan exactamente como nosotros, considerando que esas son las únicas “cuerdas y sensatas” 


¿pero estamos acertados con la visión de nuestra vida?

Muchos estamos perdidos en el arte de vivir plenamente. ¿Y quién no lo está? Demasiada gente nos ha estado confundiendo durante demasiados años, presionándonos y convenciéndonos para que hagamos cosas que no nos conviene hacer para tener cosas que no necesitamos tener. Observemos los resultados que estamos cosechando en las diferentes dimensiones de nuestra existencia. ¿Qué vemos? Si nuestra vida carece de sentido, reconozcámoslo. No nos engañemos más. Si nos sentimos vacíos, asumámoslo. Dejemos de mirar hacia otro lado. El autoengaño es falta de honestidad. Esta cualidad nos permite reconocer que nuestra vida está hecha un lio porque nosotros nos sentimos así en la vida. A menos que  admitamos que tenemos un problema nos será imposible solucionarlo.
La honestidad puede resultar muy dolorosa al principio. Pero a medio plazo es muy liberadora. Nos permite afrontar la verdad acerca de quiénes somos y de cómo nos relacionamos con nuestro mundo interior.    
  
 “¿Quién de nosotros tiene el valor de decirse la verdad así mismo?” (Séneca)

A veces deberíamos armarnos de valor y ser sinceros con uno mismo. Con humildad.


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martes, 2 de septiembre de 2014

Las relaciones.




Las relaciones a veces nos producen felicidad y otras, sufrimiento. Encontramos satisfacción en una buena amistad, un buen amor, en comportamientos íntimos o en afinidades. Todo esto nos nutre. Sin embargo, las relaciones son las que más sufrimientos nos causan. Debido a malos entendidos, enfados, desconfianzas y conflictos que nos puede suponer un pesar constante.

Desafortunadamente a veces no cuidamos lo suficiente nuestras relaciones, en ocasiones cuidamos las relaciones en los momentos difíciles, en cambio en momentos mejores podemos caer en dar por supuesto que uno ya "tiene" a esa persona y entonces deja de atenderle cuidarle y estar más a su presencia, a lo que le ocurre y necesita.

Cuando se inicia una relación se cuidan los detalles. Con el tiempo, cuando ya ha integrado a esa persona a su círculo de relaciones cercano, a menudo deja de cuidarla con atención. No escucha, no dedica tiempo, no percibe si la otra persona está pasando por momentos difíciles o delicados.

Cuidarnos unos a otros es esencial para que las relaciones florezcan. Somos seres que necesitan relacionarse. Las personas dan sentido a nuestro ser y hacer. Nos construimos con el otro. Las relaciones se convierten en un proceso de revelación propia y ajena, en la que uno se descubre a si mismo descubriendo al otro.

A veces cuando se pierde a alguien es cuando se aprecia su valor.


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