El amor se simboliza con el corazón y al sexo se le asocia
con la meten. Lo cierto es que sobre el tema de la sexualidad nadie tiene la
última palabra. Hay tantas formas de disfrutar o de sufrir la sexualidad, como
seres humanos habitan sobre el planeta.
Cuando se dice "El corazón tiene razones que la razón
desconoce” Se refiere al conocimiento que aporta el corazón con sus
intuiciones: el corazón proporciona unas certezas que la razón, propiamente
dicha, no puede dar.
El amor tiene un componente de deseo, claro que sí. Pero te
das cuenta de que hay algo más cuando por ejemplo vibras y gozas con un beso,
una caricia, la proximidad de ese otro con el que no tienes la urgencia de
acostarte. Cuando te pasa eso no es calentura, es amor. Y el sexo pasa a
segundo plano.
¿Puede entonces haber sexo sin amor? Si nos
atenernos a la definición de sexualidad. Y entonces el sexo se entiende
como el coito, la respuesta en definitiva es SÍ. En cambio, si el concepto es
más amplio, desear abrazar, besar, acariciar… cuando amas necesitas del
contacto físico con el ser amado entonces la respuesta tiene que ser NO.
Es el corazón y no el cerebro lo que humaniza al ser. El
amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se
envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no
tienen en cuenta el mal recibido. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo
lo espera, todo lo soporta.
A la persona el cerebro le da raciocinio, y el corazón
humanidad.
El amor sin sexo es como
bailar sin música, y el sexo sin amor es como escuchar música sin bailar.
Existe el sexo disfrazado de amor y el amor disfrazado de sexo.
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