Algunos recordamos haberlo leído por primera vez hace ya
varios años. En estos tiempos, en que
las ambiciones y la búsqueda de riqueza a cualquier costo, parece enloquecer a
muchos, resulta refrescante volver a releer algunas lecturas clásicas.
Un rey enfermó gravemente y ningún médico podía curarlo. Un
viejo que habitaba en el palacio indicó: “Lo que el rey necesita es la camisa
de un hombre feliz”. Los lacayos trataron de hallar a un hombre feliz entre los
nobles, pero no lo encontraron. Cuando iban de regreso al palacio pasaron
frente al taller de un herrero que cantaba: “Con el trabajo realizado, una
salud de hierro y afectuosos amigos y familiares ¿qué más podría pedir?” Se
acercaron, pero vieron que era tan pobre que no llevaba camisa. Cuando se lo
contaron al rey, éste ordenó que sus riquezas se distribuyeran para que todos
los pobres tuvieran camisa… A los pocos días comenzó a aliviarse.
SUBTITULO: el
hombre no es feliz sin camisa.
El cuento actualmente lo están representando en teatro. En el centro escolar donde estudia mi nieto los han llevado a ver la obra, son niños con ocho años llenos de ilusión y fantasía, y el titulo de “La camisa del hombre feliz” les sugería otra cosa diferente a lo que vieron. Una vez visto la puesta en escena, y explicada la moraleja por sus profesoras, la mayoría entendieron “que para ser feliz no hacen falta grandes bienes materiales” Pero… son curiosos lo quieren saber todo y tienen preguntas, muchas preguntas. Por ejemplo: ¿necesariamente no hay que tener camisa para ser feliz? – No, ya te hemos explicado que hay que conformarse con lo que se tiene- Si (dice el niño), pero es que ¡¡no tiene!! camisa. En la actualidad (pregunta él), ¿Cómo es que el Rey permite que haya personas que no tenga camisa? – No niño, el que no tengan camisa ¡es por la crisis! – el niño insiste; y si el Rey reparte camisas para todos ¿cuando tengan camisas dejaran de ser felices?- Querido niño; el Rey quiere que su pueblo sea feliz por lo tanto ni lo intentará. Pero…(prosigue el peque) si el Rey no es feliz ¿porque no se quita la camisa?. Huum vamos a ver cariño, tú cuando seas mayor ¿te gustaría ser político? Porque apuntas maneras.
El cuento actualmente lo están representando en teatro. En el centro escolar donde estudia mi nieto los han llevado a ver la obra, son niños con ocho años llenos de ilusión y fantasía, y el titulo de “La camisa del hombre feliz” les sugería otra cosa diferente a lo que vieron. Una vez visto la puesta en escena, y explicada la moraleja por sus profesoras, la mayoría entendieron “que para ser feliz no hacen falta grandes bienes materiales” Pero… son curiosos lo quieren saber todo y tienen preguntas, muchas preguntas. Por ejemplo: ¿necesariamente no hay que tener camisa para ser feliz? – No, ya te hemos explicado que hay que conformarse con lo que se tiene- Si (dice el niño), pero es que ¡¡no tiene!! camisa. En la actualidad (pregunta él), ¿Cómo es que el Rey permite que haya personas que no tenga camisa? – No niño, el que no tengan camisa ¡es por la crisis! – el niño insiste; y si el Rey reparte camisas para todos ¿cuando tengan camisas dejaran de ser felices?- Querido niño; el Rey quiere que su pueblo sea feliz por lo tanto ni lo intentará. Pero…(prosigue el peque) si el Rey no es feliz ¿porque no se quita la camisa?. Huum vamos a ver cariño, tú cuando seas mayor ¿te gustaría ser político? Porque apuntas maneras.