Los niños y los ancianos (los abuelos) tienen una
enriquecedora relación, suele jugar y disfrutar de un tiempo en compañía, lejos
de las riñas y tensiones del entorno. Los críos crecen y aprenden a entender el
valor de la vida a través del dialogo; un dialogo cada vez más escaso con los
progenitores, demasiado preocupados por el trabajo y la supervivencia.
¿Que se cuentan entre ellos? ¿De qué se ríen? Existe una
mágica combinación entre la voz de la experiencia, que transmite enseñanza de
valores por los que están ya al final del camino y poseen el don de los
recuerdos. Y el regalo de la energía y la curiosidad del niño y adolescente,
poseedores de todas las preguntas (mientras empiezan a espiar al abuelo porque
quieren saber en qué consiste eso de la muerte)
Ellos, los abuelos, dan respuesta con ternura, mientras
enlazan sus arrugadas manos como pliegues de viejo papel, con las tersas palmas
infantiles.
ABUELO ¿QUE ES LA VIDA?...
.