
Sería necesario poner en practicar valores como humildad, honestidad,
honradez, dignidad, justicia, equidad, respeto, responsabilidad, tolerancia…o eso sería incurrir en.
Utopía: la sociedad ideal. El concepto de utopía implica una
sociedad, gobierno o proyecto halagüeños, aunque se supone que irrealizables.
Distopía: es una utopía perversa, donde la realidad
transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. Futuro
apocalíptico, desalentador y/o descripción de sociedades totalitarias de pensamiento único, con el
ciudadano aborregado totalmente controlado por el poder político/económico, sin
libertad de decisión.
Demagogia: una práctica política que apela a los
sentimientos y las emociones de la población para ganarse su apoyo. Ciertos
gobernantes que acceden al poder a través de elecciones libres (y que, por lo
tanto, fueron elegidos por la mayoría de la población) lo hacen a través de
concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los votantes. En ese
sentido, el candidato demagogo no se impone por su programa político o por sus
propuestas, sino que es elegido por lograr incentivar algún tipo de sentimiento
en las personas. Esta elección, por lo tanto, no es racional.
Ucronía: la ucronía es aquello que pudo pasar, pero no pasó.
Suele aplicarse a la historia, pero también es muy recurrida para los asuntos
de la vida cotidiana. Básicamente, lo que hace la ucronía es preguntarse “¿qué
hubiese pasado si…?”, y a partir de esa pregunta imagina un devenir histórico
alternativo. En este sentido, la ucronía parte de un evento real, o de una
sucesión de eventos de carácter histórico, que se desarrollarán en un sentido
diferente al que conocemos.
Hagamos que la utopía sea REALIDAD, la distopía se convierta en UTOPÍA, la demagogia se transforme en VERDAD,
y la ucronía en un QUIZAS…
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