Muchas personas que
se consideran a sí mismas “normales” suelen tener hacia los enfermos mentales
espanto, posiblemente por ignorancia por no saber nada o casi nada del tema. Pero
a la vez, a pesar de ese miedo, hay quien siente una extraña fascinación por
las dolencias psíquicas y una curiosidad morbosa cuando los periódicos publican
alguna noticia protagonizada por una persona que sufre un trastorno psíquico. Qué
pena que se hable de las dolencias mentales cuando ocurre algo así, fomentando el
miedo y rechazo, apoyados en el desconocimiento. diciendo cosas sin saber y, contribuyendo
a un guirigay formidable.
Por ejemplo, en el trastorno bipolar, el rechazo social
hacia el mal llamado “loco” es tan fuerte que ellos mismos se ocultan por miedo
a la agresividad del miedo de los demás “no locos”.
Algunas personas aquejadas de esta enfermedad dicen así “-yo
me hago unos líos tremendos cuando tengo que justificar cosas raras que se
deben a mi enfermedad y nunca sé si decir que tengo un trastorno bipolar o no,
nadie lo dice y todo el mundo me aconseja que me calle-".
El “loco” se distingue por decir lo que pasa por su cabeza
con la rapidez de los desinhibidos y la sinceridad de los niños, la locura es
verbal, es la expresión de la indefinición del inconsciente y si alguien se
molesta por lo dicho inmediatamente se le dice -este está loco-
Hace unos días a muerto (clic aqui Leopoldo María Panero) Poeta que ha pasado
gran parte de su vida en los psiquiátricos y solía decir "España es la que está loca, no yo"
y desde detrás de las rejas “yo no soy
el que está encerrado soy vosotros”
¿Quién está loco?
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