El reciente libro del Papa Joseph Ratzinger “La infancia de Jesús” señala que en el
Evangelio "no se habla de animales" en el lugar donde nació Jesús,
pero tratándose de un pesebre, "el lugar donde comen los animales” la
iconografía cristiana captó muy pronto ese motivo y "llenó esa
laguna"
Según Su Santidad, en el pesebre de Belén no había ni mula ni
buey. Estos animales durante siglos han tenido una encomiable labor aportando
calor a ese frio pesebre. Se habían ganado una posición y un trabajo fijo, que
con mucha dedicación desempeñaban por estas fechas Navideñas. Parece ser que
los ajustes por la crisis también han llegado al Vaticano y habrá que prescindir de los
servicios en nuestros particulares Belenes de estos dos nobles animales y
mandarlos al paro, donde no será fácil que encuentren trabajo, dado las
dificultades que atraviesa el campo y que la mayoría de los campesinos utilizan
tractores.
(Aunque quizás puedan encontrar algo, como asesores de algún político)
(Aunque quizás puedan encontrar algo, como asesores de algún político)
¿Vas a renunciar al buey y al asno en tu Portal de Belén?
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