miércoles, 22 de enero de 2014

ASERTIVIDAD



Saber escuchar a los demás es la prueba máxima de empatía y respeto, tendemos a “tener razón”. Pero quedar prisioneros de nuestra opinión, es una trampa. Nuestra razón es una, pues existen otras razones; a veces creemos que podemos cambiar lo que los demás piensan imponiendo “nuestra razón” tanto en política, religión, gustos etc.

Querer tener razón sin buscar la solución a las diferencias es como una enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que más ha enfrentado a las personas, naciones y religiones del mundo.

En demasiadas ocasiones, a titulo personal, comprobamos cómo querer imponer nuestras razones y opiniones a los demás nos cuesta caro. Tal vez logramos desautorizar las ideas de alguien, pero al final acabamos con una razón más y un amigo o conocido menos ¿vale la pena? seguramente no. El resultado es que, querer estar siempre en posesión de la razón no es bueno ni acertado.

“El concepto de asertividad, se emplea en referencia a una estrategia de comunicación que se sitúa en medio de dos conductas opuestas que son la pasividad y la agresividad. Hay quien asocia la asertividad a la madurez. La persona asertiva logra establecer un vínculo de comunicación sin agredir a su interlocutor. Por lo tanto, puede comunicar sus pensamientos e intenciones y defender sus intereses”.

¿Es mejor tener razón a toda costa? O aceptar cuando nos hemos equivocado y pedir disculpas.      ¡Ser asertivos!

       

lunes, 6 de enero de 2014

RESILIENTE



“Hay que soportar sin dejar de avanzar; si sabes lo que vales, ve y consigue lo que quieres, pero tendrás que soportar los golpes de la vida”

Ante ciertos problemas, hay quien se hunden y creen que no se puede hacer nada y, otros que piensan que todo se puede arreglar.

Hay personas resilientes y otras que no lo son; la persona resiliente tiene la capacidad de soportar los golpes y avatares de la vida y superarlos, los siente y padece, pero no se recrea en esas emociones ni en el dolor, sabe que son baches o circunstancias que forman parte de la vida.

La persona no resiliente puede ser reactiva y, victimita, perturbándose cada vez que las circunstancias no le satisface sus necesidades, expectativas y deseos. 

Alguna vez nos hemos preguntado si somos o tenemos resiliencia ¿somos capaces de superar el victimo y derrotismo? ¿El resiliente se hace o se nace? ¿Se puede ser resiliente sin la fuerza ni la compresión necesaria para modificar nuestra actitud frente a la vida?
    
Resiliencia. Según la definición de la Real Academia española, se trata de “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.