lunes, 23 de junio de 2014

Lo importante es cómo te veas tú mismo.




Cuando alguien busca en los demás de manera continua la aprobación de sus actos, puede no ser bueno, es como si no se estuviera seguro de su autoestima. Cuando una persona se convierte en buscadora compulsiva de la aprobación externa, entra en su propia trampa y en un ciclo sin fin. Se condena a sí misma, sin saberlo, a ir de cumplido en cumplido, a recabar la aprobación ajena, a necesitar incluso el alago. Ya no es libre, depende de que otros alimenten su necesidad de ser aprobada. Es como un adicto emocional que padece el síndrome de abstinencia. Se podría decir que esa persona pierde el tiempo y la paz mental buscando la felicidad en un lugar equivocado.
Es obvio que no hay nada malo respecto a contar con el beneplácito ajeno. El problema es cuando se necesita y, sobre todo, cuando se confunde el verdadero valor personal con la complacencia externa. Son cosas muy diferentes y cuando se entiende esa gran diferencia, las personas se centran en su valor y no en buscar ser valoradas.
Reforzar la autoestima significa aumentar el valor personal ante uno mismo pero no delante de nadie. Cualquier palabra que empiece con auto, autoestima, autoconcepto, autoimagen… tiene que ver con uno mismo y no con los demás. Aun estado claro, parece que se olvida.


lunes, 16 de junio de 2014

Tengo algo que decir…



La lectura nos sumerge en infinidad de mundos tantos como la imaginación humana es capaz de crear, nuestro mundo personal se enriquece con otros mundos, se ensancha nuestra vida con otras vidas, leer si lugar a dudas es crucial en el crecimiento y desarrollo de los individuos de la sociedad.

Escribir, el mágico poder de escribir, tal vez muchos piensen que esta actividad está reservada para “aquellos que saben escribir” la mayoría de nosotros apenas si salimos de un puñado de correos electrónicos, un listado de tareas pendientes o redundantes mensajes en las redes sociales.
Escribir: sería estúpido pesar que esto está reservado a los grandes literatos. Existen citas alentadoras que animan a escribir; Oscar Wilde decía “para escribir solamente hay dos reglas, tener algo que decir y decirlo”. Yo tuve en su día, una profesora de literatura que decía “si escribes hazlo igual que hablas, no con palabras rebuscadas o rimbombantes, emplea palabras con las te expresas normalmente”
A veces nos preguntamos ¿Qué puedo escribir yo, dónde y cómo? Quizás un diario personal donde escribir de lo que nos pasa, airear sentimientos y fantasías, o bien  solo escribir, tomar un bolígrafo y papel o teclear en el ordenador, expresar con letras, dejarse llevar por la palabra, que las frases salgan de nuestro interior, escribamos de lo que nos dé la gana, de lo que se nos venga a la cabeza, escribámoslo sin miedo.

Bueno, tenía algo que decir…y lo he dicho.


 

sábado, 7 de junio de 2014

MENOS ES MÁS



¿Cómo emplear mi tiempo?

A veces uno se puede encontrar cansado o agotado de pelear batallas día a día en un duro intento de tirar para adelante, pues la vida nos somete a continuas presiones, sea por mantener los logros conseguidos o por prevenir fracasos y errores, esto puede ser bastante estresante. Por otro lado, nuestra sociedad de alguna manera incita a implicarnos en diversas ocupaciones, ya sea ofertas de ocio o de participación en redes sociales, tendemos también a desarrollar inquietudes, por lograr metas o afán de superación personal para satisfacer nuestro ego. Entre unas cosas y otras se puede llegar a estar muy atareado y no tener tiempo de sentir ni de sentirse para gozar del instante presente. No se trata de bajar los brazos, el objetivo está en equilibrar, posiblemente una opción sea, hacer poquito, lo justo, lo prioritario y necesario pero de calidad y, aunque aparentemente hagamos menos disfrutaremos de lograr más haciendo menos, lograremos tiempo.
No necesariamente más tiempo; lo que se necesita es dedicar el que se tiene a lo que realmente se quiere. Todos nacemos con un tiempo estipulado para vivir y ninguno sabe la longitud de este tiempo de vida. Nos pasamos la vida cambiando tiempo de vida por dinero, poder, cosas, etc.etc.  Y un día nos enteramos de que se acabó el tiempo de vida y no podemos cambiar el poder, el dinero y, las cosas que hemos comprado con nuestro tiempo, por más tiempo de vida ¡se acabó!

No dejar pasar la vida, eso es lo que intento hacer, yo no la dejo pasar es ella la que pasa sin pedirme permiso, lo que intento es llenarla amando a todo y a todos, no se cosa mejor en que emplear mi tiempo de vida.



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lunes, 2 de junio de 2014

El caballo en el pozo



Un campesino, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma que cubriera al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo bajo sus patas, posibilitando así la subida. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se enterraba, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.

Algo parecido puede sucedernos en nuestra vida.  Nos tiran a veces tierra, todo tipo de tierra; lo mejor es saber sacudirse esa tierra y usarla para dar un paso hacia arriba. Así, cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.



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