Él se creía perfecto; físicamente impecable, en plenas
facultades mentales, intachable comportamiento social, ético y coherente, colmado de virtudes
morales, idealista, optimista, alegre y extrovertido, impoluto, inmaculado,
exento de errores. Con planes infalibles, grandes motivaciones, magníficos
proyectos, actuaciones en distintas áreas de la vida humana: estabilidad
económica, tolerancia política, amplias coberturas sociales, unidad religiosa,
accesibilidad educativa, innovación tecnológica, protección ecológica y
ambiental…sueños, sueños en busca del conocimiento, sueños imposibles, metas
inalcanzables ¿utopías?
Él en sí mismo era utópico. "El que no está en ningún lugar"
.