No, no es unan película de ciencia ficción, es que hay días que
la electrónica se niega a cooperar, se revela y te complica la vida. En nuestro
día a día cotidiano disponemos de infinidad de utensilios que funcionan electrónicamente, casi en exclusiva sin
posibilidad de manejo manual.
Por ejemplo el mando a distancia de la televisión:
en un momento dado no va, le damos unos golpecitos y probamos, nada, le damos
unos golpes más fuertes y tampoco, entonces apretamos los botones insistentemente
de manera que casi se salen por el otro lado y no cambia nada, con él en la
mano, lo miramos por delate y por detrás y se nos ocurre que lo mejor sería
tirarlo por la ventana.
El cajero automático del banco: al ir a sacar dinero nos dice
que nuestra tarjeta no está operativa, insistimos y la introducimos otra vez,
nos vuelve a decir los mismo pero en esta ocasión no nos devuelve la tarjeta y,
el banco está cerrado…la primera reación institiva es querer darle de puñetazos
al cristal de la pantalla ¡cheee que la tarjeta es mía! o liarse a patadas con
el aparato, pero no es una buena opción, pues puedes acabar cojo y sin dinero.
El teléfono: hacemos una llamada para determinada gestión y
nos sale una centralita automática donde una voz impersonal nos dice que para
tal cosa marquemos uno, para otro asunto marque dos, para aquel otro marque
tres, para cualquier otro asunto maque la extensión ¿…? Inútil intentar explicarle
a la máquina que quieres habla con el señor García, te volverá a repetir lo
mismo ¡marque dos…!
La máquina expendedora de refrescos: introducimos el importe,
elegimos y, pulsamos el botón que corresponde, no sale nada, apretamos el botón de
devolución y no responde, damos unos golpes con la mano en el lateral de la máquina,
nada, otro golpe en el otro lado, la zarandeamos violentamente y nada de nada,
te quedas sin refresco y sin dinero. Estas máquinas tienen un teléfono de
contacto para reclamar, llamamos y te responde una voz metálica e impersonal ¡por
falta existencias, marque uno, para…marque...! ¡¡DITA SEA…!!
.
Me cago en to lo que se menea, tienes razón José, antiguamente con un golpezito o golpetazo funcionaban muchas cosas y salíamos del paso, ahora ni con eso, y al menos ami me ponen de los nervios, suelen ser chorradas las averías, pero que bien estudiadas están para que acabemos comprando otra máquina.
ResponderEliminarUn abrazo
Completamente de acuerdo, amen de los teléfonos para reclamaciones. Hace una semana que mi esposa se compró un tinte LÒreal para el pelo que prometía Rubio deslumbrante y me salió Pelirroja irlandesa. Lleva mas de una semana llamando al teléfono de atención al cliente que siempre comunica, hasta que una grabación anuncia que ya pasó su tiempo y que vuelva a llamar. Ya debe tener el pelo verde.
ResponderEliminarMe has hecho reir, José, porque lo mismo pienso yo, de las dichosas maquinitas, y si es el teléfono, ya puedes estar llamando para pedir visita, o por algún otro motivo, que estás pendiente de poder efectuar esta llamada, y te dicen que llames mas tarde que la centralita está saturada.
ResponderEliminarEn fin, esperaremos que no se nos acabe la paciencia, y lo tomaremos con buen humor como tú.
GRACIAS POR DENUNCIAR aunque no sirva para nada.
Un abrazo
Leonor
Si se te rebela el mando a distancia, cámbiale la pila.
ResponderEliminarPues como se ve son las maquinas las que viven mejor, se quedan con nuestros dineros, si hablas por teléfono se corta cuando quiere, si quieres hablar con telefónica te ponen un aviso grabado, y después para que atiendan tu consulta “una panchita” como dice mi marido.
ResponderEliminarEn fin que dentro de nada no tendremos ni que ir al banco a protestar por nada porque no habrá dinero nuestro en ellos, y todo estará en manos de las maquinas, y yo contenta con mi “Termomix” amos que terminare haciendo mis comidas en cocina de leña.
Me ha gustado tu entrada. Un abrazo.
Mi pelea con los mandos a distancia y el teléfono de sobremesa es inmemorial, cuando no es uno es el otro el que falla, con todo eso prefiero estar dándole golpes a esas maquinillas que estando levantándome cada cinco minutos.
ResponderEliminarSaludos
Una entrada muy divertida y realista, creo que a todos nos ha pasado más de una vez todo lo que dices, ¡¡hasta el microondas se rebela, pues si se va la luz, le tienes que programar el reloj de nuevo!!. Estoy de acuerdo total contigo José.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola José , tienes mucha razón a mi también me pasa muy a menudo con los mandos a distancia de la tele , y si es tema de telefono ya no te digo nada , yo estoy arta de que no te atienda una persona , y te pongan una grabación , te deseo una feliz semana , besos de Flor.
ResponderEliminarjajajaja así es la tecnología José. Mi telefono es una maravilla publicitaria y no falta uno o dos momentos por hora que se congela la pantalla y pummm ahí me dan ganas de pisotearlo hasta sangrarlo.
ResponderEliminarAbrazos
Carlos
Me he estado peleando con mi ordenata porque hacía de las suyas a pesar de cambiar las pilas al ratón y al teclado inalámbricos; lo llevé a reparar y no tenía nada por lo que me lo traje a casa tal cual y funcionaba. Al poco tiempo volvió a las andadas, se me ocurrió ponerle el teclado y ratón convencionales y ahora va como una moto. ¡Estos inventicos...! Saludos
ResponderEliminarjajaja Que razón tienes, pero en alguna peli ya se ve que, o se revelan las máquinas, o se funde la internet y en cualquier caso se forma la de dios es cristo... :)
ResponderEliminarSalud
Son situaciones que alteran el sistema nervioso a cualquiera aunque así contadas nos pueden hacer sonreir.Saludos cordiales
ResponderEliminarNo porto hablar con una maquina, un reclamacion y pulsr 1 y no esta de acuerdo 2, noooooooooooooooo pdo hablar con una pesona y funciona
ResponderEliminarun abrazo
El trato personalizado se nos va cada vez más lejos, tan lejos como somos capaces de mandar a ese "cacharro" que no funciona o se repite o nos da mensaje de error y como bien dices para que más llamar al Servicio Técnico con esa voz grabada que te "exige" tengas claro dentro de las 5 opciones que te da el número a teclear pues si no, vuelta a empezar y ahí ya mandas todo a la porra y das un paseo hasta que resignadamente pides ayuda a algún entendido o lo dejas para otro día que los dioses te acompañen y halla más suerte...
ResponderEliminarBesos muchos,
tRamos
Es una cosa normal que las empresas han implantado con el consentimiento gubernamental ,Yo agoto todas las opciones hasta que me dicen que espere que me atenderá una operadora. Si nos damos cuenta un poco y pensamos si fallase un satélite las comunicaciones se irían al garete ,y el mundo seria un caos.
ResponderEliminarSaludos
Un día fui a un edificio enorme ,de algo como inspección medica o parecido. No lo encontrábamos, y luego d dar mil vueltas, al final mi hijo aparco y tomamos un taxi que nos dio mas vueltas que a una peonzas, Mi hijo la mar de cabreado casi riñe con el taxista,... Una vez en ese centro (era inmenso) nos sentamos y fue todo malhumorado a la maquina a por algo calentito, ¡hacia un frío que pelaba! y la maquina que no funcionaba, se había tragado las monedas pero ni bebida ni monedas., ya venia tan furioso que le dio una patada a la dichosa maquina, con tan mal 'pie' jaja ja, que se vio un chispazo y se quedo todo el edificio sin luz 'ni calefacción' , Menos mal que no le vio nadie ¡que apuro! pero que a gusto se quedo mi hijo, jajaja... Enseguida avisaron y vinieron electricistas diciendo que no se explicaban como había podido pasar una cosa así, jajaja. No sera lo correcto pero...¡Se quedo tan a gusto....!
ResponderEliminarAquí de nuevo visitándote, muy divertida y real entrada, según esto han facilitado las cosas pero es desesperante no hablar con un humano, y lo peor cuando te ponen música estridente mientras esperas, se te olvida hasta lo que querías decir.
ResponderEliminarPerdón, perdón maestro, ¡Olvide, con mi chachara, comentar lo mas importante. ¡Tu entrada!
ResponderEliminarMe ha encantado Pepe,, Lo has expuesto de un modo, sin florituras innecesarias y ameno. Escribes con claridad y sencillez ¡es una delicia leerte!
¡FELICIDADES!
Hola. Me encanta todo lo que escribes.
ResponderEliminarEsto de las máquinas es real. Hace tiempo que decidí no hablar con ellas, pero no siempre es posible.
Soy amiga del Blog Las Cosas de Júlia y me encanta la firma que le has hecho. ¿Sería mucho pedir que me hicieras una? Te estaría muy agradecida
Estoy totalmente de acuerdo contigo,sobre todo en lo del mando a distancia, que pone mi paciencia aprueba y siempre consigue que la pierda, lo tengo envuelto de cinta aislante de los porrazos que le he llegado a dar, ¡qué le vamos a hacer,son los tiempos modernos!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
El constante batallar con todas las máquinas, y en los reclamos o aclaraciones, las horas que le dejan a uno pasando de menú en menú grabado, hasta que nos cansamos, nos dirigimos en persona y nos piden que lo hagamos por teléfono. Jajaja. Terrible.
ResponderEliminarUn abrazo.