En uno de mis paseos matinales con un día de agradable temperatura, camino por una calle donde habitualmente se puede ver personas corriendo practicando deporte, uno de estos, un hombre de unos treinta años me adelanta con paso rítmico, más adelante como a diez o quince metros, se cruza con otra persona con andar dificultoso apoyándose en un bastón. Al llagar yo a su altura veo que es un anciano con muchos años, y que el paso del tiempo ha dejado huella en sus piernas y apenas puede dar un paso, me mira y con el basto señalando al deportista se dirige a mí con una voz un poco apagada por los años pero socarrona, con estas palabras -Qué te parece, le he dicho que si hacemos una carrera y me ha dicho que no, hay que ver qué poca seguridad tiene en sí mismo-el comentario me hizo mucha gracia y estuve riendo un buen rato.
Siguiendo mí camino se me viene a cabeza las palabras del viejo con el basto. Quizás la competición no era llegar antes a la meta sino mantener una carrera de fondo para llegar a su indefinida edad, vuelvo la cabeza y observo que sigue su camino despacio, muy despacio no tiene prisa pues su meta es vivir.
J.P
José: me alegro mucho que hayas creado tu blog, que prometo seguir, y comentar. Ánimo, y sigue escribiendo, que te irá muy bien, para tu desahogo.
ResponderEliminarUn abrazo
Leonor
José ya llegué y me ha encantado tu blog, es hermoso. Que bueno que te hayas decidido a explorar este otro mundo, que cuando lo descubres ya no lo quieres dejar, porque es un catalizador de toda emoción que de otra manera no podrías expresar a los demas. Besos amigo mio y adelante.
ResponderEliminarJose, me encantó el blog... de Aprendiz no tiene nada... todo un profecional. Felicidades Martha
ResponderEliminarHola, me encantó esta anécdota con mucha profundidad! y además, para declararse usted "un viejo aprendiz", lo está haciendo super bien!
ResponderEliminarSaludos y me va a gustar volver.
Bienvenido al mundo de los blogs y digo como Martha, de Aprendiz nada.
ResponderEliminarUna anédocta muy buena.
Un saludo